magaly y su mundo

Este 2018, dos muestras han cobrado forma en mis telas y tablas, esta de Noviembre ha pretendido humildemente trasmitir la comunicación con la naturaleza, tal como lo hacia mi cultura antiguamente y aun en pueblitos siguen haciéndole... esto no se debe perder, nosotros vivimos y convivimos con la madre tierra no somos sus dueños.

Habéis oído la caída de las hojas, el crujir de los árboles apagándose para caer al sueño profundo, entones sentiste el otoño.
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Es la naturaleza la que nos avisa y nos narra que llegó, son los árboles de hoja caduca que tras su temporal off contradictoriamente  dan el on a la Mamapacha (tierra), la miman la nutren, la visten de otoño, la ocultan,la protegen para que siga viva, anidando en su lecho las entrañables raíces para que puedan seguir verdeando y festejando la vida. Así es que a  nosotros también se nos da el otoño, se nos caen las hojas, nos acuartelamos, vienen esos días de recogimiento, de sutil y paciente espera, de desconexión, se nos da la nostalgia y despertamos.

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Serán muchos o pocos los otoños en nuestra vida pero siempre habrá un final, el último; antesala al apoteósico y eufórico despertar, y no sabemos dónde? pero es la intuición y esa especie de fe lque nos marca el camino y el deseo profundo de no morir sino simplemente dormir y despertar en otro lugar donde tal vez no existan otoños o tal vez sean eternos.